Empiezo por el presente inmediato ¿cómo es que me surge la idea de contactar a mi generación de la normal? Rafael mi hijo, un chavo que tiene hoy 17 años, los que yo tenía cuando llegué a la normal, él está por terminar la prepa, me recomendó un libro que se llama
Looking for Alaska, es una aventura de jóvenes entre los 16 y los 18 en una escuela donde como estudiantes llevan un sistema muy similar al que llevamos nosotros en aquellos tiempos en la normal, es decir, en un maravilloso y paradisíaco lugar, con distancia de papá y mamá, en la edad en que buscas la mayor de las independencias, con los riesgos y el atractivo que todo eso conlleva, se dedican todo el tiempo a sus clases, por las tardes hacen sus clubes, practican deporte (algunos entrenan otros cascarean), llevan talleres, hacen teatro, leen, filosofan, holgazanean de lo lindo y también grillan, je je. -¿les suena familiar la historia? Cualquiera de nosotros la podría haber escrito (¿?) Bueno, pues luego de leer el libro me vinieron los recuerdos de
mi escuela,
mi normal, como yo tengo ahora 23 años separado del magisterio por razones y decisiones muy personales que puedo contar en otro momento, me sorprendí en la más absoluta desconexión de todo mundo, aunque he tenido algunos contactos con algunos compañeros temporalmete a lo largo de estos años, en ese momento que quise contactar con alguien ya no tenía nada, ni las agendas donde uno a veces guarda teléfonos viejos que ya no existen, o que ya nadie contesta, tampoco en la normal me fue posible conseguir dato alguno ya que por supuesto a estas alturas ya no encuentras a Lucha, ¿la recuerdan? y ya nadie te conoce, obvio. Metida la idea en mi cabeza, algo terca, yo recordaba sólo los apodos o sólo los apellidos ó sólo los nombres de algunos compañeros pero no los nombres y apellidos completos de casi nadie, sólo hubo uno que sí el de Eduardo Ramírez Ruelas y lo
googleé, como ahora se dice, inventando un verbo que no existía para describir todo lo uno puede hacer con este motor de búsqueda poderosísimo de internet. Aquí inicia la historia, llevo desde junio de este año localizando compañer@s y en verdad he tenido mucha suerte, sobretodo con Google. Claro que, una vez habiendo localizado a los primeros, las cosas se han facilitado porque algunos conservan los teléfonos de otros compañeros pero no todos, si le pongo un porcentaje, la mitad de mis contactos han sido gracias al internet y la otra mitad por esos primeros compañeros localizados y que me han hecho el favor de proporcionarme, o un teléfono, o un correo, o alguna pista tipo “sé que fulanito trabaja en tal escuela”, más o menos así. Hemos pues avanzado rápido, la verdad, pero si internet me permitió arrancar en esto, sin el apoyo de compañeros como Esther Almaraz, Eduardo Ramírez, Félix Quiñones, Marisol Mendoza, Alfredo Chávez, que con teléfonos, correos o tips me han facilitado las cosas. Ahora, lo que empezó como un impulso personal se ha tornado en un esfuerzo de grupo y algunos otros compañeros que se han ido incorporando, han multiplicado el esfuerzo, obviamente.
Quiero comentar algunos ejemplos y la manera como los he localizado para que se den una idea de lo emocionante y entretenido que ha sido esto para mí. Con nuestra compañera Alicia Contreras Ceballos, por ejemplo, a ella tuve oportunidad de saludarla hace poco en Colima por teléfono, tal vez se sacó de onda pero en verdad que no ha sido mi intención confundir a nadie, y no lo dudo por lo imprevisto de las llamadas además de que alguien de quien no recuerdas y aunque te diga que te llama de la normal y que es de tu generación, simple y sencillamente tienes 28 años sin saber nada de la persona, sí te debe sacar de onda y a cualquiera que le haya pasado que me disculpe por favor, lo entiendo perfectamente, a Alicia yo la ubiqué directamente por google, tal cual Alicia, tecleé tu nombre completo, lo puedes tú misma hacer en este momento en tu compu, abres la página de Google, escribes tu nombre completo y aparecen varias personas con un nombre igualito o similar, pero hay uno en especial que trae tus teléfonos, así de fácil, chécalo, lo mismo pude hacer con Bertha Alicia Langarica, quien me costó un poquito más de trabajo pero que hoy la puedes ver que ya anda en nuestro blog muy participativa, por otro lado, Alfredo Chávez, a quien ubiqué porque una prima mía (imagínate nada más) dejó por jubilación una plaza que él ocupó, ella, mi prima, me pasó el teléfono de Alfredo y él me comentó a su vez que Alma Macías trabajaba en la UPN de Colima, dar con ella (con Alma), no fue algo difícil, las escuelas e instituciones oficiales con las que con mayor probabilidad tienen un directorio, el caso es que habiendo localizado a Alma ya pude dar con Maty (Matilde Gallegos Torres) y con Lulú (Lourdes Regalado), luego con Ramón Barreto. Otro contacto que conseguí gracias a la magia de internet fue a Juan Manuel González e Irma Leticia Rodríguez, los ubiqué gracias a una entrevista que le hicieron a una de sus hijas en un periódico de internet, la entrevistaban por ser la vocalista de un grupo musical familiar, el grupo musical tiene un blog y allí viene el teléfono de su casa, eureka! ellos a su vez me facilitaron el teléfono de Estela García y Rodolfo El Rollo con quienes pude platicar un poco por teléfono en Lo Arado, ellos a su vez me facilitaron el teléfono de Javier Larios quien ahora manda muy buenos correos y es muy participativo; un día, tecleando el nombre completo de Aldaz se me apareció en una lista de maestros fundadores de una normal en Atotonilco, lo demás ya fue sólo convencer a la recepcionista de que me lo comunicara pues y gracias a Aldaz ubicamos a Caro de León; por otro lado, en Tepic, Langarica me comentó acerca de Socorro de Lucio, a Socorro la localicé gracias a que ocupa un importante puesto en el magisterio de Tepic y aparece en varias actas de promociones, luego, gracias a tips que ella me dió, pude conseguir un teléfono y hablar con Pilar Sáinz que también ya está muy activo en nuestra red, como siempre, haciendo grilla ya saben, ja, ja, y a José Luis Hernández Chávez lo ubiqué en una lista de secundarias de Colima, a los Ponce, los ubicamos gracias a Eduardo Ramírez, a Eduardo Ramírez lo ubiqué gracias a un Viacrucis en vivo que él creó, produjo y dirigió en Atoyac y que se publicó en Yahoo-videos, siendo un evento religioso, lo busqué en la sacristía y allí me dieron su teléfono, Eduardo me pasó el teléfono de Quiñones, Quiñones el de Esther Almaraz y gracias a ella, contamos ahora con la digitalización, de una por una, de las 366 fotos de la generación.
Vamos a dejarla hasta aquí, tendremos mucho tiempo para platicar ya que son 28 años en general, obviamente algunos, no sé cuántos, han tenido oportunidad de actualizarse de la mejor manera que existe que es
en persona, la privilegiada e insustituible comunicación directa, inmediata y recíproca, pero que requiere de desplazarnos y con todos tan dispersos por la geografía nacional, pues lo hace un poco difícil, o al menos complicado para algunos, por eso ahora que contamos con estas nuevas tecnologías, se convierte en una manera muy práctica de localizarnos y en una hermosa posibilidad de re-encontrarnos, espero que así sea.
Hay te va una de esas, recuerdo que una vez salimos a negociar a la Cd. de Mexico, en algun movimiento de rechazados, recuerdo que fuimos a parar al campamento 23 de Octubre un reducto de lo mas extremoso que podia existir en Mexico y que no entraba la policia, recuerdo que ivamos encamino pues hay nos reuniriamos todas las delegaciones del pais, recuerdo las normales de El Meche Hidalgo,la de Arteaga en Michoacan,la de Atequiza, en fin varias normales y a nosotros en el camino nos sale un batallon de granaderos y nos escoltan pero para fuera de la Cd, acompañandonos hasta la primer caseta de y nosotros tercos a regresar hasta lograr nuestro objetivo, se negocio y vamos pra atras, recuerdo que un compañero que estava en un grado superior a fuerzas queria manejar, decia que el hera muy cafre y andale al llegar a una caseta que choca contra una de las vallas de proteccion y le dicen que paso! y contesta Esque los queria despertar.
